Sensaciones y consecuencias muy distintas son las que dejan las ocupaciones y las preocupaciones. Es el resultado de la diferencia entre ocuparme de una cosa en el momento presente, en el aquí y ahora, u ocuparme anticipadamente (pre-ocuparme).
Pero realmente, ¿qué es lo que puedo hacer para dejar de preocuparme?, ante esta pregunta viene una gran paradoja, ya que cuanto más intento dejar de preocuparme resulta que más me preocupo, cuanto más me esfuerzo por dejar de pensar en un problema que me agobia, resulta que me veo pensando en él todavía con más fuerza.
Es clásica la situación del amigo que con la mejor de sus intenciones nos repite que dejemos de preocuparnos, que todo pasará y que un momento u otro llegará una solución, pero curiosamente resulta que esto todavía reaviva más nuestras dudas y nuestras preocupaciones. Por todo ello, para poder liberarnos de este gran problema típico del hombre occidental, se necesitan soluciones nuevas, de algo diferente a lo que es la lógica racional, que si bien se ha mostrado útil para muchos aspectos de la vida, quizás en un caso como este no resulta ser la herramienta más adecuada.
Grandes conocedores de estas lógicas alternativas a lo que es la lógica racional (que es a la postre quien nos dice que si tenemos un amigo preocupado lo mejor que podemos hacer para ayudarle es decirle que deje de preocuparse) son las culturas orientales, para ellos la vivencia del momento, de esto que llaman el “aquí y ahora” es un fundamento básico, y que viven de su más tierna infancia. Ejemplo claro lo encontramos dentro de la tradición Tibetana, con lo que es la escuela Kapyuga, que dedica todo su esfuerzo pedagógico precisamente a esto, a que la persona aprenda a ocuparse entregándose plenamente a lo que está haciendo en este momento.
Sin embargo, el caso más usual dentro de nuestra cultura occidental, no es precisamente este, la educación que hemos recibido, que si bien podrá ser positiva en varios aspectos, en este punto de la vivencia del momento y de la ocupación presente deja realmente mucho que desear. Para corregir este desequilibrio, necesitamos de estrategias diferentes que realmente nos ayuden a cambiar las preocupaciones por ocupaciones.
En “DOS PASOS ADELANTE” te apoyaremos para que puedas alcanzar este objetivo, verás como el gran antídoto ante la inactividad que genera la preocupación es ponerse en marcha a través de pequeños y fáciles movimientos que diseñaremos contigo de una forma totalmente personalizada (comprometidos con tu compromiso).
En definitiva, estos serían los tres puntos clave que diferencian la consecuencia de vivir ocupado o preocupado
VIVENCIA DE LA PREOCUPACIÓN
– Emociones asociadas con la imposibilidad de hacer
– Veo problemas a mi alrededor
– Me siento víctima de las circunstancias
OCUPACIÓN
– La misma acción genera positivismo
– Veo retos a mi alrededor que me permitirán crecer
– Conexión con mis recursos personales que me permiten conseguir lo que busco