La anorexia como alternativa para no enfrentar mis emociones
Posted in Psicoterapia y Psicología LaboralCada vez resulta más evidente que en nuestra sociedad no es siempre fácil hablar de las emociones, tampoco en la familia que es donde por naturaleza encontrarían estas el contexto más favorable para poder expresarse.
Posiblemente una educación y tradición cultural en la que siempre se ha dado prioridad a lo intelectual sobre lo emocional pueda ser en gran parte responsable de ello, afortunadamente esta visión está cada día más en desuso, antes la inteligencia se concebía como algo puramente mental, así en la primera mitad del siglo XX encontramos el auge de los famosos tests de inteligencia y de conceptos que hoy están cada vez más desfasados como el de coeficiente intelectual. Se está viendo que en la inteligencia intervienen otros elementos además de la mente como puedan ser la creatividad, el sentido de la adaptabilidad, o la capacidad para manejar las emociones, de aquí que cada vez escuchemos con más insistencia nuevos conceptos que reflejan esta renovada visión como pueda ser el de «inteligencia emocional».
Para muchos el terreno de las emociones, es un terreno pantanoso, en el que donde menos nos lo podamos esperar encontremos arenas movedizas que nos hagan naufragar, por ello es frecuente encontrar personas que se escapan de estas situaciones de múltiples formas como pueda ser refugiándose en sus tareas profesionales que es un terreno en el que se ven más capacitados y seguros, y otros, como el caso que nos ocupa, se escapan de una manera más disfuncional, desarrollando un tipo muy peculiar de trastorno alimenticio que es una forma muy peculiar de anorexia que obedece a este tipo de motivaciones.
Esta alternativa, como las demás formas de anorexia, es mucho más frecuente en el sexo femenino,y es característico de mujeres muy inteligentes en el sentido más tradicional de la palabra, pero que su grado de sensibilidad es tan extremado que se ven con serias dificultades a la hora de gestionar sus emociones. Su nivel de autoexigencia es tal que les hace entrar en un estado de continua insatisfacción y de temor al fracaso.
Llega un momento en que estas personas aprenden que al concentrarse plenamente en algo, como pueda ser la capacidad para renunciar a su propia alimentación, logran distraerse de esa extrema emotividad a la que no quieren enfrentar, logrando provocarse una especie de anestesia emocional que va tomando fuerza en ellas de manera progresiva.
Esta abstinencia, es muy posible que no se limite a la relación con la comida, sino a cualquier otra experiencia que le provoque sensaciones de placer, ya que han llegado al punto de sentirse muy seguras y saberse manejar bien en el terreno de los sacrificios y el esfuerzo, consiguiendo con ello un contradictorio y casi podríamos decir «masoquista» estado de bienestar. Pero, por otro lado, sienten pánico a cualquier experiencia emotiva que les estimule placenteramente, porque temen poder allí perder el control, y que se produzcan consecuencias que están fuera de sus cálculos mentales a los que tanto se aferran.
Independientemente de que puedas o no sentirte identificada con lo aquí comentado, si quieres conocer más sobre el contexto que rodea a una persona vinculada con la anorexia o con cualquier otro trastorno alimenticio, solicítanos una primera cita gratuita, y encontraremos la forma de poder ayudarte.