Psicólogos de Madrid y la terapia indirecta

Es cada vez más frecuente encontrarnos en nuestra consulta la visita de personas que acuden en busca de un apoyo o solución para familiares o amigos que observan que están pasando por un difícil momento, y que quisieran poder ayudarles.

Posiblemente el estilo de vida de una gran ciudad como Madrid o cualquier otra, incrementa la cantidad de casos de este tipo, por cuanto que el estrés, las exigencias laborales, la competitividad, y el lamentablemente famoso  fenómeno sociológico de estar viviendo una «soledad en compañía» hace que la comunicación humana sea cada vez más difícil y desnaturalizada. No hay espacio para la escucha sosegada, y necesitamos a veces pasar por la amarga medicina de darnos de cara contra la pared para empezar a promover un auténtico cambio en nuestra vida.

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Entendemos que evitar estos fuertes impactos, que se manifiestan mediante situaciones personales dramáticas y catastróficas, es una importante labor de la psicología, y mucho más dentro del contexto de una gran ciudad. Se necesita no demorar las soluciones, y será aquí donde la terapia indirecta va a jugar un papel protagonista.

Entendemos por terapia indirecta, aquella en la que se trabaja teniendo como eje una persona que no se encuentra presente en la consulta. En este campo, la psicología sistémica nos va a resultar de gran utilidad, al mostrarnos como en un conjunto humano (familia, equipo de trabajo, amigos, organizaciones, entidades deportivas,…) el cambio de uno afecta en el cambio de los otros, de la misma manera que en el cuerpo humano una depuración del riñón crea mejores en otros órganos del cuerpo, o el arreglo de una pieza de un motor afecta positivamente en el rendimiento de otras piezas del mismo.

Las relaciones humanas son como una especie de guión teatral, en la que si actuamos siempre del mismo modo recibimos las mismas respuestas de quienes nos rodean, pero si cambiamos nuestro guion, conseguimos también un cambio en quienes nos rodean. Es precisamente aquí, donde entra en juego la terapia indirecta, ya que nos muestra como realizando un inteligente, operativo, y estratégico cambio en nuestra manera de actuar, vamos a conseguir cambios `positivos en quienes nos rodean.

Podemos encontrar muchos ejemplos de lo aquí referido, quizás uno de los más típicos lo podamos ver en el tema de la anorexia, que obviamente no es un problema exclusivo de las grandes ciudades, pero si de un estilo de vida propio de las sociedades más modernas, cuyos patrones de actuación están dirigidos desde las grandes urbes. Por poco atentos que estemos nos daremos cuenta que nuestra forma de actuar ante un familiar o amigo anoréxico es siempre muy parecida, si somos capaces de conseguir cambios operativos y prácticos en nuestro guión de actuación ante una persona que sufre este problema, seguro que provocaremos en él o ella cambios positivos.

Por otras razones, la terapia indirecta también va a ser muy útil para los casos de problemática infantil, ya que con ella evitamos el efecto de etiquetado que muchas veces recibe el niño/a al acudir a una consulta. Además, son los niños muy sensibles y receptivos a los estímulos que reciben de las personas adultas que los rodean.

Así pues, creemos que en muchos casos es perfectamente factible, ayudar a alguien sin necesidad de que esta persona acuda a la consulta. Si conoces algún caso, concierta una primera entrevista gratuita con nosotros, y entre todos le apoyaremos.